Los felinos tienen costumbres muy peculiares y curiosas. ¿Con qué intención realiza este movimiento? Un experto tiene la respuesta

Desde tiempos inmemoriales, los gatos han destacado por ser unos de los animales domésticos más misteriosos de toda la fauna. Los egipcios les veneraban, y no es para menos: su forma de mirar, con esos ojos penetrantes, y su manera elegante de moverse, hacen de ellos una auténtica rareza dentro del mundo animal.

Una de ellas es la manía que tienen de pasar su trasero a escasos centímetros de la cara de sus dueños, cuando no restregarlo a poca distancia de la nariz. ¿Qué pretenden con esta actitud? Algunos dueños creen que se debe a que está demandando algo, como comida o cariños. Ahora que estamos confinados en casa, seguro que ha aumentado el número de veces que realizan este extraño movimiento.

Para los gatos, el hecho de olerse forma parte de una actitud que funciona de saludo o también reconocimiento de la identidad de otro gato

Seguro que antes de que lo haga ya lo ves venir: se acurruca a tu lado y, cuando menos te lo esperas, se ha levantado sin hacer ruido con la intención de volver a repetir este curioso movimiento. A veces puede ser muy desagradable, ya que tener cerca de la cara sus partes más pudendas no es ni mucho menos plato de buen gusto.

Pero según el investigador animal Mikel Delgado, quien tiene un postdoctorado sobre comportamientos felinos en la Facultad de Medicina Veterinaria la UC Davis, los gatos no están tratando de asustarte con esta peculiar acción, sino tan solo ser amables. ¿Suena paradójico no? Al igual que muchos muerden como señal de cariño hacia sus dueños, esta manía de restregarlo por tu cara parece deberse más a un acto de cortejo que de repulsión a sus amos.

¿Un instinto natural?

“Para los gatos, el hecho de olerse mutuamente forma parte de una actitud normal que tiene la función de saludo o también reconocimiento de la identidad de otro gato”, asegura Delgado a la revista ‘Inverse’, la cual se ha hecho eco de la explicación de esta peculiar condición animal. “Para nosotros, relacionarnos en base al olor suena complejo y extraño, pero para ellos es mucho más importante, ya que lo tienen más potenciado que la visión, lo que les sirve para reconocer a los sujetos que hay alrededor”.

“Por tanto, cuando un gato hace esto lo que puede estar queriendo de nosotros es interpelarnos, llamar nuestra atención, o simplemente es su forma de estrecharnos un saludo amistoso”, recalca el experto. Y una vez vale, pero cuando ya se convierte en rutina puedes llegar a pensar que es todo menos un saludo.

“Mi gato Lou, por ejemplo, restriega su trasero por mi cara cuando quiere que le acaricie o cuando tiene hambre y quiere llamar mi atención”, comenta Caitlin Busch, una reportera de entretenimiento norteamericana a ‘Inverse’. “Es muy malo conmigo, pero aun así lo amo”.

Probablemente no sea la única manía que saca de quicio a sus amos y haya muchas más. En todo caso, aquellos que cuentan con uno de ellos en su hogar seguro que pueden pasar la cuarentena mucho más tranquilos. Solo con contemplar la actitud que tienen frente a la vida, con esa parsimonia y letargo, a la par que su desenfrenada actividad a ciertas horas del día, podríamos extraer muchas más virtudes y conocimientos de ellos de lo que pensamos.

Fuente: elconfidencial