Conocer el lenguaje canino es vital para crear lazos fuertes. ¡Reconocerlo es muy fácil!
Para Alba Benítez, experta en el conocimiento del lenguaje canino, “la educación y cuidado de los perros” es el punto de partida para crear una relación sólida entre los seres humanos y ellos. “Los perros utilizan, voluntaria e involuntariamente, la posición de su cuerpo, su cola y la expresión de su cara, para explicar cosas a otros perros, personas o animales de otra especie”.
Estas son las señales en los perros más recurrentes
1 Señales de sumisión
- Si un perro es sumiso lo reflejará con el cuerpo, a las orejas, los ojos y la boca, por donde emitirá sonidos característicos de este estado.
- Se sentará o tumbará por varias horas en el suelo donde permanecerá quieto.
- Echará las orejas hacia atrás.
- En un estado de inseguridad, puede emitir sonidos agudos.
- Un perro sumiso se echará al suelo para que su humano le toque la barriga.
2 Señales de miedo
- Los expertos explican que las señales agonísticas son las relacionadas con la intención de agresión, miedo, lucha, amenaza o huida.
- Cuando un perro está temeroso por lo general pone la cola entre las patas y protege los genitales, pues es un signo claro de temor de cualquier peludo.
- Otros gestos que implican la cara y el cuerpo, al igual que bajar la cabeza, cerrar el hocico, replegar las orejas o encorvar la espalda son considerados señales de miedo.
3 Reclamo de cariño
- Su cara, cola y cuerpo se muestran con urgencia de caricias y buscan las manos del dueño.
- Se acercará con sus orejas puestas hacia atrás.
- Las orejas también pueden estar hacia delante, simulando un gesto que está contento. También mueve la cola y levantar las cejas.
4 Deseos de juego
- Acá se dan las señales afiliativas, que son las que tienen que ver con el cariño o las ganas de interacción con personas y otros animales.
- Si tiene ánimo de jugar, lo manifestará con su cola, su cabeza, sus movimientos corporales y con sus ladridos.
- Los peludos con ganas de jugar lo expresaran hasta con ladridos agudos.
Fuente: El intransigente
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