La caída de los bulldog inglés: los pagaban hasta $500 mil y ahora los regalan por lo caro que es mantenerlos

Sus cuidados especiales y los problemas de salud con los que nacen los llevan a ser animales que requieren un costoso nivel de vida que muchas personas que los compraron ya no pueden afrontar. El drama de la venta ilegal y los criaderos. Cuál es la agrupación que los rescata y los da en adopción.

La caída de los bulldog inglés: los pagaban hasta $500 mil y ahora los regalan por lo caro que es mantenerlos

De un canil diminuto a un jardín gigante. De dormir sobre sus heces a descansar en una cama king. De partos, cesáreas y malos tratos a una vida llena de amor, cuidados y los veterinarios más costosos. Un cachorro de la raza bulldog inglés hoy llega a valer hasta $500.000, pero detrás de ese bebé adorable, hay padres con toda una vida de encierro y sufrimiento.

La venta ilegal de animales domésticos llevó a un grupo de personas a unirse para rescatarlos y darles una segunda oportunidad en sus últimos años de vida.

S.O.S bulldog inglés Argentina (@s.o.sbulldoginglesargentina en Instagram) es una agrupación -no un refugio- que nació en 2010 con el objetivo de concientizar acerca la tenencia responsable de esta raza, que es tan costosa como sufrida. “Este grupo está especialmente destinado a los criaderos responsables para que, una vez cumplida la edad de reproducción, dejen que el resto de sus vidas lo pasen en familia y tengan el privilegio de saber lo que es el calor de un hogar”, explicó sostuvo Susana Filippa, fundadora de la agrupación, en diálogo con TN.

Ante y después de Rafa, un bulldog rescatado. (Foto: gentileza S.O.S bulldog inglés Argentina)

Criaderos, abandonos y dueños que los regalan por no poder mantenerlos: los motivos para rescatar un bulldog inglés

Susi compró su primer bulldog inglés hace 20 años y cuando comenzó a investigar sobre los criaderos se encontró con un mundo cruel. Esto la llevó a “poner su granito de arena” en esta lucha. “Cuando descubrí un submundo de los criaderos clandestinos nunca más pude ser feliz”, sostuvo.

Al principio, cuando comenzaron a contactarse con los criaderos -en este caso, responsables, con las condiciones cumplidas al pie de la letra-, todo fue una lucha constante: “No nos tenían mucha confianza, pero les prometimos un contrato, castración casi inmediata y así, despacito, empezaron a confiar en nosotros”. Hoy, tras más de 13 años de rescate, Susana y su grupo ya llevan salvados más de mil bulldogs que estaban en malas condiciones y reubicaron otros cientos que, contando con un buen estado, también requerían de buenas familias.

“Me fui llevando un montón de sorpresas desagradables, de ver cómo la mayoría -no todos- los tenían en cuartos encerrados, en caniles, No saben lo que es pasear, un sillón, dormir en una cama, una caricia, viven en jaulas para reproducir perros”, lamentó.

Esta, en realidad, es la situación que viven la mayoría de los animales de raza utilizados para la venta. Sin embargo, Susana destacó que el “submundo” de esta en específico suele ser mucho más complejo que el resto a causa de los graves problemas de salud que padecen desde que nacen.

Carlitos, rescatado de criadero. (Foto: gentileza S.O.S bulldog inglés Argentina)

Esto los lleva a necesitar siempre atención veterinaria, una buena alimentación y cuidados especiales, por lo que, de no tenerlos, sufren aún más y viven menos. “Hay criaderos que las hacen tener cachorros desde el año y medio hasta los siete. Paren cada seis meses y por cesárea, que muchas veces las hacen mal porque, por pagar menos, las mandan con veterinarias de cuarta y quedan todas con bultos del tamaño de una pelota de tenis”, lamentó.

Ante esto, remarcó la importancia de que la Federación Cinológica Argentina (FCA) se ocupe de controlar los criaderos ilegales. “Ellos obligan a todos los criadores, que venden por derecha, a pagar cuando hacen la inseminación, cuando hacen el servicio, cuando nacen los cachorritos, cuando les ponen los microchips, cuando les hacen estudios de enfermedades, por todo pagan. Entonces, si empiezan a clausurar criaderos porque los tienen en mal estado, no habría tanto sufrimiento”.

“Hay que exigirle a la FCA que hagan inspecciones y empiecen a seleccionar a los mejores criadores”, reclamó. “Que miren, vayan a investigar cómo están los perros reproductores, porque explotar un animal no es un trabajo”, sumó y destacó la labor del Club argentino del bulldog inglés, quienes trabajan para mejorar la salud de la raza en medio de estas adversidades.

Una nueva vida tras el dolor. (Foto: gentileza S.O.S bulldog inglés Argentina)

Por ello, y ante las críticas de los proteccionistas que rescatan animales mestizos, aclaró: “Cada vez que nos empiezan a atacar en redes, yo les explico que no promovemos la reproducción de la raza, sino que tratamos de aportar nuestra parte para que puedan vivir sus últimos años realmente bien”. “Estamos completamente en contra de la reproducción”, sostuvo.

Con respecto a la diferenciación que hacen con esta raza, destacó: “Los perros de la calle son importantes también, pero ellos al menos pueden deambular y alguno le da de comer, otro lo cura. Estos están en el más absoluto anonimato, adentro de criaderos que nadie ve”.

Además, la mujer explicó que otro de los motivos por los que rescatan se deben a los abandonos, que no son tantos, aunque sí hay un gran número de personas que los entregan porque ya no pueden mantenerlos más.

“Están los que se separan, se les mueren familiares, o se quedaron sin trabajo y ya no pueden costear sus gastos. También los que los compran como un juguete y cuando ven que crecen y se transforman en una bestiecita de 25 kilos que no pueden controlar te los dan”, lamentó.

El costo de tener un bulldog: una vida de veterinarios, operaciones y los cuidados especiales

Aunque desde la agrupación se ocupan de darlos en adopción, quienes pasen por el filtro y sean aceptados, deben saber todo lo que conlleva sumar a un animal de esta raza a la familia.

“No pueden salir a caminar en verano porque se cansan. Al ser petizos y pesados se ahogan si caen en una pileta porque no tienen ninguna cualidad para mantenerse a flote”, explicó Susana.

Además, deben comer alimento premium. “Son excepcionales los que no tienen inconvenientes en la piel, ojos u otitis. Y más allá de eso, hay que hacerles un chequeo anual porque no se lo puede llevar recién cuando presenta síntomas. El bulldog se creó para pelear con toros, son perros muy duros, si tienen que pelear son muy resistentes, entonces cuando muestran dolencias te tenés que asustar porque algo malo le pasa”, señaló.

Año a año se les deben realizar ecocardiograma, ecografía abdominal, colocarles las vacunas, desparasitarlos, y darles las pastillas para pulgas y garrapatas, entre tantos cuidados mínimos.

A la mayoría hay que operarlos para que puedan respirar porque se ahogan fácil, se broncoaspiran fácil porque son braquiocefálicos y para las cirugías necesitan una anestesia especial. Tienen el rabo tan retorcido que muchas veces se le incrusta en la carne y esto les genera una úlcera. Son cosas muy frecuentes”, aclaró.

Entre otros de los problemas de salud, destacó los que sufren las hembras: “Sufren infecciones en el útero que son casi tan comunes como la cistitis en la mujer. Se les hace una piometra y terminan necesitando una histerectomía, que sale un montón de plata, pero si no se opera se muere en días”. “Son perros que requieren mucho dinero para sostener su supervivencia”, insisitó.

Los sobrevivientes

Gustavo, adoptante e integrante del equipo, contó sobre los casos particulares que vivieron a lo largo de estos años. “A un gordito lo tenían abandonado en el frío atado en el sur. No lo querían los nenes de la familia porque decían que tenía olor y lo dieron. Hoy vive en un hogar donde es el perro más mimado del mundo y duerme en una cama”, aclaró.

“Hay otros que hubo que reeducar. Tenemos un entrenador especializado en la raza y veterinarios especializados, a los que nosotros les derivamos a los adoptantes, porque no todos tienen experiencia en bulldogs”, sumó. “Tuvimos un inconveniente con una persona que llevó a la perra que nos adoptó a un veterinario cualquiera. Se había recontra estresado y la profesional encima la sedó para revisarla. Pasaron horas y no despertaba y cuando lo hizo estuvo 48 horas sin poder caminar”, contó.

El cachorro de siete meses que regaló una familia. (Foto: gentileza S.O.S bulldog inglés Argentina)

Otro caso particular fue el de un cachorro de siete meses: “Lo compraron por ser exótico, color chocolate, y como se portaba mal y no lo podían controlar lo dieron enseguida”.

“A una perrita viejita de 6 años con una dermatitis fuerte no la quería nadie. La publicábamos y aparecían un montón de personas hasta que les explicábamos y empezaban a tirarse para atrás. Finalmente, la adoptó una familia hermosa, pero cuando son tan grandes cuesta mucho”, lamentó.

Ante esto, Gustavo insistió en el conocimiento de la raza a la hora de adoptar, sobre todo luego de las tragedias que vivieron con malos adoptantes: “Hubo días de 40 grados de calor en los que dos familias salieron a la ruta y los perros fallecieron. Por eso remarcamos que hay gente que no está preparada para tener un animal así. El que insista con un bulldog que lo tenga de yeso, porque algunos no pueden entender sus cuidados”

Cómo adoptar un bulldog inglés

“Nuestro grupo tiene una imagen muy seria. Cada una de las personas que entrevisto pasan por un filtro. No tienen que ser maleducados y tiene que poder afrontar los gastos. Te dicen ‘acá hay mucho amor’, pero ningún perro sobrevive por amor”, señaló Susana.

Los requisitos:

  • que tengan recursos para su atención veterinaria,
  • que la casa sea segura,
  • que tengan un espacio al aire libre mínimo,
  • que, fundamentalmente, la familia considere al animal como miembro de ellos,
  • que no lo usen como un entretenimiento, entre otros.

“Hacemos entrevistas con 20 preguntas que son básicas: si tienen aire acondicionado, auto para trasladarlo ante una emergencia, conocer cómo está formada la familia, si tiene espacio el aire libre, si tienen escaleras, como harían en las vacaciones”, explicó la mujer y destacó que a la hora de realizar una adopción, se firma un contrato con un compromiso de seguimiento de por vida. “Si no cumplen les pedimos que los devuelvan o los vamos a buscar”, contó.

Becky y su nueva mamá. (Foto: gentileza S.O.S bulldog inglés Argentina)

Además, respondió a quienes cuestionan sus formas: “La mayoría nos escribe en los comentarios reclamándonos que nunca los elegimos, que se cansaron de mandar solicitudes, que buscamos personas millonarias, o que reúnen todas las condiciones y aun así no los llamamos. Es tan difícil porque la gente se enoja, se ofende, nos maltratan y entonces tenés que contar hasta diez y decirles que la calle está lleno de perritos abandonados que necesitan un hogar”.

Fuente: tn.com.ar

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