Bruce Willis es un gato naranja atigrado de 10 años de edad que pasó la mayor parte de su vida solo en las calles, las inclemencias de estar abandonado tanto tiempo provocaron que el felino desarrollara una mirada triste y desesperanzada.

El minino llegó a la Animal Humane Society of Minnesota (AHSM) en agosto de 2019, al momento de su rescate, Bruce sufría de múltiples problemas de salud, tenía varias cicatrices, una lesión en el ojo, muchos dientes astillados y además había dado positivo para virus de inmunodeficiencia felina (FIV), que de acuerdo con la RSPCA, es una infección viral que provoca que los felinos afectados tengan un sistema inmunológico más débil en comparación a otros gatos no infectados.

Los cuidadores de Bruce coincidían en que era un gato muy cariñoso a pesar del aspecto rudo que causaban sus heridas. Durante mucho tiempo, el animal esperó a que una familia lo adoptara y le diera el hogar que tanto merecía, sin embargo, nadie se interesó en él hasta que Sandra, una habitante de Minnesota se cruzó con su historia.

Sandra se encontró con una publicación de la AHSM sobre Bruce en el día Internacional del Gato en 2019, el post incluía un video del animal jugueteando con sus cuidadores. De acuerdo con declaraciones en un video de YouTube de la cuenta de “Mr. Willis the Cat”, la mujer no planeaba adoptar a ningún felino, pues su contrato de arrendamiento le impedía tener mascotas dentro de su vivienda.

La oportunidad que Bruce siempre mereció

La primera vez que Sandra entró al refugio, Bruce estaba dentro de una jaula y se veía “mucho más triste que en la fotografía, eso rompió mi corazón de tal forma que tuve que salir de inmediato”, relata. A pesar de haber tenido que irse por la tristeza de ver al gato en esa condición, la mujer volvió un par de días más tarde, pero esta vez encontró al gato en un peor estado de salud, pues había contraído un resfriado.

La deteriorada condición de Bruce le impidió notar que Sandra estaba ahí y que incluso lo estaba acariciando, no obstante, ella cuenta que en algún punto el gato se levantó y, mientras tomaba agua, la volteo a ver, y por primera vez pudo observar sus ojos “abiertos por completo”. La mujer notó que uno de los globos oculares del felino “se veía muy mal”, entonces decidió que si nadie iba por el minino ella lo adoptaría.

Pasó más de un mes y Bruce no había encontrado ninguna familia aún, entonces Sandra se llevó al enfermo gato a casa. La nueva dueña del felino relata que desde el momento en el que salió de la transportadora, el felino supo que por fin había encontrado un hogar, “creo que nunca he visto a un gato más feliz en mi vida”, dijo.

De las calles a un amoroso hogar

Desde los primeros días, Bruce mostró un cambio notable. Inmediatamente después de salir de su transportadora, el gato empezó a explorar sus alrededores mientras ronroneaba, cuando se cansó de investigar, cayó rendido en el piso de la casa y tomó una larga siesta. “No dejó de ronronear toda la noche”, cuenta Sandra.

Durante una pequeña temporada, el gato enfermó y tuvo que hacer varias visitas al veterinario, pero tanto él como su dueña lograron salir adelante.

Sandra abrió una cuenta en Instagram sobre Bruce, donde empezó a contar las aventuras diarias del gato y a registrar su radical cambio. El felino pasó de ser “el gato más triste del mundo” a tener un semblante mucho más feliz gracias al cariño y a las atenciones de su dueña.

A día de hoy, la cuenta de Bruce tiene más de 140.000 seguidores y el enorme cambio físico que tuvo gracias a la segunda oportunidad que recibió ha sorprendido a todos los internautas que se cruzan con sus fotografías.

Fuente: infobae.com