El año 2023 se considera, hasta el momento, el año más caluroso jamás registrado. Así lo ha revelado recientemente un estudio realizado por la Universidad Nacional de Australia y el Consorcio Global de Monitoreo del Agua, teniendo en cuenta el significativo y alarmante aumento de las sequías y los incendios forestales en diferentes partes del mundo, incluida Colombia.

Durante los primeros meses del año, el país también ha experimentado un aumento de las temperaturas en diferentes regiones, lo que ha llevado a alertar a la población y a los organismos de control sobre la probabilidad de que se produzcan incendios.

Lo que dice el Ideam

Según Ghisliane Echeverry, directora general del Ideam, Colombia está experimentando varios fenómenos meteorológicos, entre ellos la evolución del fenómeno conocido como El Niño, cuya intensidad sería mayor entre diciembre de 2023 y febrero de 2024, coincidiendo con la época de menos lluvias en el país.

Estas afirmaciones, unidas al resultado de investigaciones internacionales, deben servir para resaltar la importancia de hacer frente al cambio climático, un problema global que afecta a todos los seres vivos, incluidas las mascotas.

¿Qué implica para los animales?

El cambio climático conlleva retos y riesgos para los animales de compañía, a medida que aumenta la temperatura promedio, cambian los patrones climáticos y se hacen más frecuentes los fenómenos extremos. Algunos de los riesgos a los que están expuestas las mascotas son:

Enfermedades. El cambio climático altera los patrones de temperatura y humedad, favoreciendo la proliferación de mosquitos, pulgas y garrapatas, que a su vez son portadores de enfermedades, conocidas como “enfermedades transmitidas por vectores”, como la babesiosis, la leishmaniasis, entre otras, que pueden afectar la salud de las mascotas.

Además, este aumento de la temperatura hace que estos parásitos se expandan a zonas donde antes eran escasos, aumentando el riesgo.

Estrés térmico. El aumento de temperatura tiene un impacto negativo en las mascotas, sobre todo en las que pasan tiempo al aire libre. Los perros y los gatos son especialmente susceptibles al calor, ya que no pueden regular eficazmente su temperatura corporal como los seres humanos. Si están expuestos a altas temperaturas durante mucho tiempo, pueden sufrir golpes de calor u otras enfermedades que pueden ser mortales.

Escasez de agua y alimento. El cambio climático puede interferir en la disponibilidad de alimentos y agua para las mascotas. Las sequías, los cambios en las temporadas de lluvias y los fenómenos naturales como inundaciones y tormentas pueden afectar al cultivo de alimentos para animales y al acceso a agua limpia, lo que se traduce en una falta de alimentos y agua para las mascotas y, por tanto, en efectos negativos para su salud y bienestar.

Eventos naturales. Como los huracanes, los incendios forestales, los movimientos en masa y las inundaciones ocurren con mayor frecuencia e intensidad, estos acontecimientos también pueden ser muy peligrosos para las mascotas, ya que pueden quedar atrapadas, lesionarse o separarse de sus familias durante las evacuaciones.

Además, tras estos acontecimientos, la falta de servicios básicos y la contaminación ambiental también pueden afectar la salud de los animales.

Cambio en los ecosistemas. Debido al impacto ambiental, los ecosistemas y la diversidad de especies en todo el mundo se están viendo impactados. Esto afecta indirectamente a las mascotas, ya que pueden estar expuestas a enfermedades, parásitos y otros riegos a medida que las especies migran y se distribuyen de manera diferente.

Asimismo, la degradación del hábitat y la disminución de la diversidad pueden reducir las zonas adecuadas para que las mascotas disfruten, hagan ejercicio o exploren.

¿Cómo protegerlas?

Es esencial tomar medidas preventivas para garantizar la salud y el bienestar de las mascotas. Algunas recomendaciones:

1. Mantener a los animales bien hidratados y ofrecerles refugio en los días calurosos.

2. Tener un plan de desparasitación actualizado y revisiones veterinarias frecuentes.

3. Almacenar agua y comida en caso de escasez o emergencia.

4. Tener preparado un plan de emergencia, que incluya kit de primeros auxilios y un lugar donde refugiarse.

5. Adoptar un estilo de vida más sostenible, como elegir alimentos para mascotas con bajo impacto ambiental y reducir el consumo de energía y agua.

GABRIEL GARCÍA
*Médico veterinario

Fuente: eltiempo.com