Adiestrar a un perro adulto no es más complicado que con un cachorro, pero sí toma más tiempo. ¡Aquí encontrarás trucos para lograr la mayor efectividad en el proceso!

Si bien el aprendizaje de nuevos ejercicios y órdenes se suele asociar con los cachorros, lo cierto es que adiestrar a un perro adulto también es posible. Incluso, es necesario en casos como los rescates o la presencia de problemas psicológicos del animal.

No obstante, el entrenamiento de un perro adulto no es igual al de un cachorro. Es por ello que aquí encontrarás algunos trucos útiles para adaptar el aprendizaje a la edad del can y lograr que la actividad sea gratificante, tanto para el humano como para cánido.

¿Cuáles son las diferencias entre adiestrar a un perro adulto y a un cachorro?

Como podrás imaginar, el aprendizaje de un perro no funciona igual en su infancia y en su vida adulta. Mientras que los cachorros asimilan con facilidad nuevos aprendizajes y normas, los adultos suelen llegar a manos de sus cuidadores con patrones de conducta ya asentados de manera sólida.

Las experiencias pasadas del animal también influyen en su capacidad de aprendizaje y respuesta al adiestramiento.

Un ejemplo muy habitual de esta diferencia se encuentra en los perros rescatados. Suelen ser extraídos de condiciones de vida horribles en su adultez. Además, arrastran problemas emocionales y de conducta que afectan a su capacidad de aprendizaje, pues han interiorizado respuestas como la indefensión aprendida o la agresión reactiva. Estos perros requieren de más tiempo y paciencia para aprender.

¿Es lo mismo adiestrar que educar?

Aunque el adiestramiento y la educación son necesarios y beneficiosos para la convivencia con un perro, pero no son lo mismo. El primero se enfoca en enseñar al can una serie de órdenes a seguir. Por su parte, la segunda consiste en el establecimiento de normas y límites, así como una socialización correcta.

En ocasiones, educar implica adiestrar en ciertas órdenes básicas. No obstante, no siempre adiestrar es educar.

Piensa, por ejemplo, en la actividad del agility: nada tiene que ver con lograr que el perro socialice de manera adecuada o se comporte en público. El objetivo es que aprenda a superar los obstáculos en el menor tiempo posible.


Trucos para adiestrar a un perro adulto

Tutor entrena a su perro adulto.
Utilizar un método de adiestramiento canino basado en las recompensas permite el refuerzo positivo. Crédito: Freepik.

Matizado todo esto, vamos a conocer qué trucos puedes emplear para mejorar el aprendizaje de un perro adulto. ¡Sigue leyendo!

1. Establecer una rutina en su día a día

La consistencia y previsibilidad crean una sensación de seguridad en los perros. Este convencimiento de saber qué va a pasar a continuación será el ancla que mantenga alejadas a la ansiedad y al estrés. Los paseos y la comida deben ser siempre a la misma hora.

2. Emplear siempre el refuerzo positivo

Según un estudio publicado en la revista científica Plos One,  el castigo como método de adiestramiento genera tensión y estrés en el can, pues aumentan los niveles de cortisol en su cuerpo.

En cambio, la recompensa social —entre ellos, elogios y caricias—, al igual que los premios harán que la asociación entre la orden y el comportamiento se afiance de manera más sólida y positiva.

Además, ten en cuenta una cosa: los canes distinguen entre la calidad y la cantidad de sus recompensas.

Una investigación divulgada en la revista Applied Animal Behaviour Science encontró que los perros entrenados para correr lo hacían más deprisa en presencia de sus premios preferidos.

3. Utilizar comandos simples y ser consistente

No emplees palabras largas o florituras complicadas. Y, por supuesto, no las cambies a lo largo del entrenamiento, pues solo confundirías al animal. Por esto mismo, también es importante acordar con familiares y otros convivientes qué señales se le van a dar.

4. Evitar prolongar demasiado las sesiones de entrenamiento

Un estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology, realizado con 145 border collies —de 6 meses a 14 años— y con humanos, reveló que tanto la atención selectiva como las habilidades sensoriomotoras de los perros registraron un rendimiento mayor en la mediana edad.

En vista de que la capacidad de atención de los canes varía de acuerdo con la edad y los rasgos del can, ten este aspecto en consideración si tienes un compañero de cuatro patas muy mayor. Por tanto, si alargas demasiado los entrenamientos, solo conseguirás que el animal se frustre o se aburra. En contraposición, puedes entrenarle más a menudo.

De hecho, una investigación divulgada en Frontiers in Aging Neuroscience sostiene que el entrenamiento a lo largo de la vida del canino mostró incidencia en el retraso del envejecimiento de la atención.

5. Ajustar tus expectativas

Cada perro tiene su propio ritmo de aprendizaje y también es posible que no acabe de interiorizar ciertos entrenamientos. Como persona que le cuida y le entrena, vigila tu propia frustración y céntrate en los logros que alcanzas con tu can.

6. Escoger un lugar de entrenamiento apto

Se recomienda realizar las sesiones de entrenamiento en espacios sin distractores. Crédito: Freepik.

De nada sirve entrenar a un perro en un lugar donde la estimulación le distraiga o donde sufra estrés. Para garantizar que atrapas su atención y que el entrenamiento sea positivo, escoge un sitio libre de estresores y distractores, como los siguientes:

  • ruidos de obra,
  • juguetes,
  • calles abarrotadas.

7. Acudir a un profesional

Algunos casos, como aquellos canes que llegan de una vida de maltrato, tienen problemas de conducta tan arraigados que requieren ayuda más allá de la buena voluntad y la creatividad de un cuidador.

En lo que se refiere a órdenes básicas que mejoran la calidad de vida, la seguridad y la socialización del perro, contar con las herramientas que proporciona un adiestrador o educador es muy útil.


Últimas consideraciones sobre adiestrar a un perro adulto

Para finalizar, es importante recalcar que la relación que establezcas con tu perro tiene un peso importante a la hora de entrenarle en cualquier comando. Si el can no confía en ti o las sesiones de aprendizaje se vuelven una mala experiencia, no habrá nada que hacer. Por lo tanto, mantén tu relación positiva y ármate tanto de paciencia como de cariño.

Además, no todo es responsabilidad y cuidados en la convivencia con un perro. Entrenarle, ya sea para hacer trucos o para ayudarle a vivir mejor, fortalecerá tu relación con él y llenará tu vida de recuerdos maravillosos. Nunca dudes en retribuir el amor que dan los perros.

Fuente: misanimales.com

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