Escrito por: Andrea Carolina Dechecchi
Escucho el leve ronroneo que desprendes al andar.
Grácil, cómico, zigzagueando entre mis pasos. Me detengo y me miras a los ojos.
Continúo y retomas ese baile divertido. Ese baile que hacemos cada mañana, entre tu andar y el mío, con el aroma del café matutino y el tintineo del cascabel en tu cuello.
Siento con qué poco soy la persona más feliz del mundo.
Sos todo lo que me gusta.
Tu pelo negro, tu calidez, tu suavidad.
Me embriagas y endulzas tanto como el café que bebo cada mañana.
Cada nuevo día.
Cada nuevo intento en este mundo descontrolado.
Entre ésta destartalada realidad y el mundo que hay en esos ojos verdes que me miran, ahí abajo, entre ronroneos.
Maúllas y vuelvo a la realidad.
Ya son casi las 8.
Si no me voy, seré engullida por ese universo que me tientas a conocer, en el misterio de tus ojos felinos.
Te dejo leche y me marcho.
Nos vemos pronto querido.
Escrito por: Andrea Carolina Dechecchi
Localidad: La Pampa – Santa Rosa
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