La rabia es una enfermedad zoonótica (que se puede transmitir de los animales al ser humano) que muchas veces puede pasar desapercibida para algunas personas, sin importar si comparten su vida o su hogar con una mascota o no. Sin embargo, la relevancia de este mal es tal que cada año, desde el 2007, se conmemora el 28 de septiembre el Día Mundial contra la Rabia, con la idea de dar a conocer los peligros y las cifras de contagio, para ayudar a prevenir a través de las vacunas.

Por qué en esta fecha?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) de manera conjunta con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Alianza Mundial para el control de la Rabia (GARC) eligieron esta fecha para llamar la atención acerca de los riesgos y de la importancia de prevenir la transmisión del virus de la rabia.

La fecha se debe a que un 28 de septiembre, pero del año 1895, falleció el célebre científico y médico francés Louis Pasteur, a quien se le atribuye la producción de la primera vacuna contra la rabia el 6 de julio de 1885. Si bien la enfermedad ha estado presente desde hace mucho tiempo, incluso desde la antigua Babilonia, fue a partir de esa vacuna que la mayoría de las organizaciones encargadas de la salud humana y animal empezaron a concientizar a la población de la importancia de prevenir.

La rabia en cifras

Esta es una de las enfermedades que tienen mayor mortalidad en seres humanos y en caninos domésticos: se estima que mata a 60.000 personas cada año, aproximadamente; es decir, una persona cada 9 minutos en el mundo.

No obstante, América Latina ha avanzado en materia de prevención, ya que la mayor parte de los casos de rabia se presentan en los continentes de Asia y África, donde se registra el 95 por ciento de las muertes humanas, debido a que la cobertura de vacunación de perros y gatos se ve reducida por dificultades en el transporte de las vacunas, poca accesibilidad a ciertos territorios, presencia de animales silvestres susceptibles, entre otros factores.

En Colombia, según cifras del Instituto Nacional de Salud, los dos últimos años se presentaron cuatro casos de rabia en animales, tres de los cuales fueron en perros y gatos. Para el caso de la rabia humana, desde el 2017 se han presentado 126.825 eventos y contactos potencialmente peligrosos en humanos. Dicho lo anterior, es una enfermedad a la que aún hay que prestarle atención.

¿Qué es la rabia?

El Día Mundial contra la Rabia, que busca la erradicación, prevención y reporte de esta enfermedad prevenible con vacunación masiva.

Este es quizá uno de los males más antiguos del mundo ya que se encuentran referencias en diferentes códigos de civilizaciones antiguas. Es más, en la literatura universal se encuentran alusiones como, por ejemplo, en la Ilíada, donde mencionan a personajes como “perros rabiosos”.

A pesar de esa referencia, vale la pena decir que esta es una enfermedad que no solo ataca a los caninos domésticos, aunque ellos sí son la fuente más cercana por la cual el hombre se puede contagiar (el 99 por ciento de los casos de rabia en seres humanos se dan por accidentes con perros).

Se trata de un virus que ingresa al organismo luego de haber tenido contacto directo con la saliva de un animal infectado generalmente por mordedura o, en menor proporción, por rasguños o heridas abiertas expuestas. A partir de allí, y gracias a la predilección que tiene el virus por el sistema nervioso central, se manifiestan los síntomas.

¿Cuáles son los signos?

El virus ingresa al organismo luego de que la persona tenga contacto directo con la saliva de un animal infectado o por mordedura o, en menor proporción, por rasguños o heridas abiertas expuestas.

En los animales esta enfermedad tiene tres fases, que no se presentan de manera secuencial y pueden tardar en manifestarse de una semana hasta un año; todo depende de la localización del punto de entrada y la carga de virus que haya entrado en el organismo.

En la primera fase, que se conoce como prodrómica, el animal manifiesta una sintomatología que puede confundirse con otras enfermedades como debilidad, inapetencia, dolor y fiebre. Una vez superada esta etapa, se da lugar a una fase que se conoce como furiosa, en la cual el animal empieza a manifestar signos de irritabilidad, agresividad, aumento de la sensibilidad a ciertos estímulos, principalmente visuales y auditivos, inquietud, confusión, entre otros.

Finalmente, hay una fase paralítica en la que hay fuertes contracciones de los músculos del cuello, la cabeza y la cara, dando lugar a una imposibilidad para ingerir alimento o pasar saliva, lo que desencadena la imagen característica de esta enfermedad que es el aumento de la salivación. Estos síntomas van acompañados de una parálisis generalizada que conduce a la muerte del animal por inactividad del diafragma y dificultad respiratoria.

‘Una salud, cero muertes’

‘Una salud, cero muertes’ es el lema con el que la OMS conmemora esta fecha, aprovechando para reforzar el mensaje de la prevención y el reporte oportuno. Según cifras de la Organización Panamericana de la Salud, cada año se vacunan cerca de 100 millones de perros en las Américas.

Si bien la cifra es elevada, se necesita llegar al 70 u 80 por ciento de la cobertura de vacunación para garantizar que no se presenten más casos. Para tal fin, se debe optimizar el uso de las vacunas y las tecnologías que permitan reducir la propagación y las muertes humanas, educar a la mayor cantidad de personas respecto a la prevención de este virus e involucrar a todas las entidades para trabajar hombro a hombro.

Y ¿cómo ayudar a prevenirla?

La herramienta para evitar el contagio de las mascotas es a través de la vacunación masiva de perros y gatos. Este esquema debe tenerse al día y reforzarse cada año. Es importante educar sobre la tenencia responsable de los animales de compañía haciendo énfasis en…
-Educar a la comunidad para prevenir los accidentes rábicos.
-Evitar tener animales silvestres como mascotas.
-Hacer el reporte de cualquier caso sospechoso o confirmado de forma oportuna a las autoridades sanitarias locales.
-Esterilizar a los animales para evitar la sobrepoblación.

* Médico veterinario

Fuente: eltiempo.com