El método que utiliza para ‘saltar’ de un organismo a otro es diferente, como también parece serlo la gravedad de la enfermedad que produce. Sin embargo, la viruela del mono guarda semejanzas con el Covid-19. Una de las más relevantes es que ambos virus son de tipo zoonótico, lo que significa que pueden transmitirse de animales a humanos y viceversa. En los países occidentales este tipo de infecciones no son habituales, pero lo cierto es que no han pasado ni tres años entre la irrupción del coronavirus y la alarma sanitaria de este ‘Monkeypox’. Y las autoridades científicas no descartan que puedan venir más en el futuro.

Hay razones objetivas que explican fenómenos como el del regreso de la viruela, que fue declarada erradicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1979. La principal, argumenta Joan Caylà, portavoz de la Sociedad Española de Epidemiología, está vinculada a la globalización y las facilidades a la hora de viajar a zonas remotas del planeta en las que se tiene contacto con animales que nunca habían convivido con humanos.

“Cada vez es más fácil que pase esto, porque el contacto con animales en zonas donde no habíamos estado está favoreciendo que haya infecciones zoonóticas”, explica el también responsable de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona.

Al respecto, incide en que “llevar virus, bacterias o agentes infecciosos de un continente a otro es hoy más fácil que nunca”, aunque no contempla la posibilidad de poner trabas a la movilización. “Lo importante es que todo el mundo se conciencie, que sean estrictos si sospechan que han estado en contacto con un virus para evitar el desarrollo de la infección”, concluye.

No obstante, subraya que este no es el único factor que interviene en la mayor transmisibilidad de virus zoonóticos. El mero hecho de comprar animales procedentes de países exóticos, como ardillas, conlleva cierto riesgo transmisión, e incluso aspectos relacionados con el medio ambiente como la deforestación de los bosques o el cambio climático promueven la migración de especies y, por tanto, su marcha hacia zonas habitadas por humanos.

A modo de ejemplo, el ébola, un patógeno mortalmente peligroso para el ser humano, puede habitar en al menos 13 variedades de mamíferos que conviven en la zona central de África, desde murciélagos hasta primates. Forzados por una hipotética destrucción de su hábitat, estos animales se desplazarán hacia territorios menos calurosos y más fértiles en latitudes superiores en las que podrían tener contacto con humanos.

Transmisión de la viruela del mono

En palabras del propio Caylà, los esfuerzos de las autoridades sanitarias deben centrarse en impedir que la viruela del mono se convierta en una enfermedad endémica. “Y para ello, es muy importante que los casos estén asilados”, destaca el epidemiólogo, quien considera que el mero uso de la mascarilla quirúrgica puede bastar para impedir el contagio por vía respiratoria.

“Este virus puede transmitirse por vía respiratoria, pero por gotas gruesas que en principio se expulsan a poca distancia. Una mascarilla y la abstinencia sexual serían suficientes para evitar el contagio”, expone.

Plataforma One Health

El responsable de la Sociedad Española de Epidemiología subraya la necesidad de que exista una buena coordinación entre profesionales sanitarios y del ámbito de la ciencia para vigilar y controlar este tipo de enfermedades. En este sentido, pone de relieve la importancia de iniciativas como ‘One Health’, que engloba a más de un centenar de entidades de diferentes sectores de la salud.

Dicha plataforma, que fue presentada en la Universidad Autónoma de Barcelona, pone de manifiesto la importancia del concepto de una sola salud y la necesidad de una visión holística del abordaje de la misma por la interrelación entre la salud humana, animal y ambiental.

Fuente: redaccionmedica.com