El director general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental reclama la puesta en marcha de un plan de prevención contra enfermedades tropicales extendidas por todo el mundo ante el aumento de las temperaturas

Las zoonosis se están convirtiendo en un problema de máxima envergadura

El aumento progresivo de las temperaturas a consecuencia del cambio climático está forzando un vuelco en el paradigma ambiental que constituye una auténtica bomba de relojería a nivel mundial. A las puertas de la inminente Cumbre del Clima de Glasgow -la denominada COP26- que tendrá lugar a comienzos del próximo mes de noviembre, un macroestudio sobre el impacto del cambio climático en la salud global publicado en The Lancet Countdown ha confirmado las cada vez mayores probabilidades de que también los países más desarrollados del hemisferio sur sufran las letales consecuencias de las enfermedades tropicales, como el Dengue, el Zika o el Chikungunya, entre otras.

Uno de los principales vectores de transmisión de estas enfermedades es el Aedes albopictus, comúnmente conocido como mosquito tigre. Una especie que campa a sus anchas en España y “cuya expansión por Europa puede calificarse de meteórica en los últimos años”. Establecido ya en la práctica totalidad de los países mediterráneos —España, Francia, Italia, Grecia, Eslovenia, Croacia, Bosnia, Albania…— esta especie ha empezado a colonizar sin pausa zonas de Alemania, Rumanía, Bulgaria e incluso la misma Rusia.

“Nos encontramos ante una amenaza global de primer orden, ante la que se impone una respuesta coordinada inmediata que minimice en la medida de lo posible los devastadores efectos sobre la salud mundial que puede acarrear la presencia cada vez mayor de vectores como el mosquito tigre y muchos otros, transmisores de enfermedades que hasta el momento habían sido catalogadas como tropicales y que eran endémicas, por lo general, de países en vías de desarrollo con unas temperaturas históricamente más elevadas”, alerta el director general de Anecpla, Jorge Galván.

Y es que, si bien hasta el momento enfermedades como el Dengue o el Chikungunya eran prácticamente desconocidas por los ciudadanos de los países desarrollados, según datos del Centro Europeo para la la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) de 2020, Europa registró hasta esta fecha un total de 9 casos locales de Dengue (cinco en Italia y cuatro en Francia) y 168 casos de fiebre del Nilo Occidental —transmitida en este caso por los mosquitos del género Culex—, de los cuales 77 han sido en Grecia (con nueve muertos), 49 en España (con cuatro muertos), 29 en Italia, nueve en Alemania y cuatro en Rumanía.

Mapa con la presencia de Aedes albopictus en 2020

En esta línea, un estudio publicado en 2019 por este mismo organismo europeo estimó que en el caso de que las emisiones de gases de efecto invernadero continuaran aumentando al mismo ritmo, para el año 2080 unos 400 millones de personas en Europa estarían expuestas por primera vez al riesgo de transmisión de Dengue, Zika o Chikungunya.

“Tal y como ha quedado en evidencia con la pandemia que estamos sufriendo con la Covid-19, las zoonosis se están convirtiendo en un problema de máxima envergadura a nivel mundial con el que nos jugamos mucho. Por ello, resulta urgente que prestemos gran atención a este desafío que se nos pone por delante, con respuestas que han de pasar por un imprescindible control vectorial con una estrategia conjunta que aúne tanto al sector de la gestión de plagas como a la Administración Pública y, por supuesto, a la ciudadanía como colaborador necesario”, recalca Galván.

“En el punto en el que se encuentra a día de hoy la situación, es imposible la erradicación de la presencia del mosquito tigre en nuestro país. Sin embargo, si reforzamos de inmediato las medidas de control a nivel europeo podemos frenar su expansión en las zonas como España donde ya está asentado e impedir su avance hacia países donde aún no ha sido detectada su presencia. Ante este panorama, la toma de acción es apremiante”, insta el director general de Anecpla.

ENFOQUE ‘ONE HEALTH’

“Los retos que nos plantea el cambio climático en todos los ámbitos exigen una respuesta multidisciplinar coordinada y alineada desde múltiples perspectivas. Se trata del enfoque ‘One Health’, una estrategia transversal que aúna la salud humana, animal y ambiental para dar respuestas eficaces y trabajar en la prevención”, señala Galván.

Anecpla está adherida a este enfoque, junto a un buen número de organizaciones colegiales de Enfermería, Farmacia, Medicina y Veterinaria, que fue promovido desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) hace más de 20 años a partir del entendimiento cierto de que la salud humana, la salud animal y la protección del medio ambiente se encuentran estrechamente interrelacionadas y conforman un espacio común.

Fuente: animalshealth.es

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