Saber reconocer el dolor en gatos es fundamental, no solo por evitarles sufrimiento, sino por fortalecer el vínculo tutor-felino. Sin embargo, aprender a reconocer las señales no es del todo intuitivo: se necesita tiempo y adquirir conocimientos.
En este artículo, podrás aprender todo lo básico en relación al dolor en estos mamíferos. Desde la propia definición hasta los diferentes comportamientos que lo indican, tendrás las herramientas necesarias para evitar el dolor en tu gato de forma definitiva.
Comencemos por la definición del proceso que nos ocupa. El dolor se define como una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño tisular real o potencial. Se trata de un mecanismo de protección que implica cambios fisiológicos y de comportamiento.
El dolor puede clasificarse en 2 categorías según su duración, independientemente de si se trata de gatos o cualquier otro animal. Estos son los siguientes:
Los gatos, a simple vista, parecen resistentes, pues tienden a ocultar los síntomas de su enfermedad y el dolor, para evitar parecer débiles ante los competidores. Algunos de los signos clínicos de este malestar serán fáciles de identificar, pero otros no tanto y se necesita saber dónde mirar. A continuación, te presentamos los más comunes.
Cuando el gato tiene una lesión en articulaciones, músculos y otras estructuras que permiten el movimiento, el dolor será identificable a través de la postura, principalmente. Incluso, la ausencia de actividad y movimiento puede ser un signo de dolor físico. Algunos de los movimientos y posturas antiálgicas que puedes encontrar en felinos son los siguientes:
Por otro lado, cuando se trata de dolores viscerales, puedes notar que tu felino se hace un ovillo —al igual que los humanos nos encogemos cuando tenemos calambres en el abdomen— o que se estira para apoyar el vientre en una superficie. Este signo conductual suele ir acompañado de vómitos o diarreas.
El dolor en gatos puede manifestarse también en la forma en que estos orinan y defecan. Por lo general, podrás observar que el felino no utiliza su caja de arena —puede que no pueda acceder a ella debido al dolor— o que marca con orina lugares que normalmente no haría.
Cuando se trata de trastornos digestivos o renales, puede que el gato asocie el dolor a defecar u orinar en la bandeja, así que dejará de usarla.
Como a cualquier otro animal, a los gatos se les nota que el dolor les pone de peor humor. Esto se traduce en varios comportamientos, como los siguientes:
Identificar adecuadamente todos estos signos no es tarea fácil, incluso sabiendo de su existencia. El lenguaje corporal es clave para detectar el dolor el gatos, pero requiere pasar tiempo con cada individuo y aprender cómo lo manifiesta.
Una vez acudas al veterinario, este tendrá otras herramientas para evaluar el malestar del félido. Las escalas de medición que utilizan los profesionales, no obstante, evalúan la gravedad del dolor a través del análisis de las conductas del felino. Las 3 escalas más representativas son estas:
Si bien estas escalas han sido creadas y evaluadas de forma científica, los resultados dependen en gran medida de realizar una correcta anamnesis. Esto, a su vez, hace que la responsabilidad del tutor a la hora de analizar el comportamiento de su felino incremente, ya que debe responder de la forma más adecuada a las preguntas del veterinario.
Ver sufrir a un ser querido no es algo agradable para nadie. Conocer estos signos y reconocerlos fácilmente te será de gran ayuda para minimizar el malestar de tu mascota y, por supuesto, para una detección precoz de situaciones que puedan volverse graves.
Fuente: misanimales.com
Fundación Vidanimal es una organización no gubernamental sin fines de lucro abocada a difundir, proteger y promover los derechos de los animales.
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