Pocas cosas angustian tanto como una cirugía en nuestras queridas mascotas, tanto si ha sido algo programado como si ha sido repentino. El caso es que una vez pasado el susto, y podemos llevarnos a nuestro peludo amigo a casa, ¿qué cuidados postoperatorios se deben tener?
Primero, un lugar tranquilo
Antes de que tu amiguito llegue, prepara un sitio especial para él donde no sea molestado ni por niños pequeños o por otros animales del hogar. Verifica que ese sitio esté bien ventilado, pero que tampoco haya corrientes frías de aire (si hay ventana, ciérrala por las noches). Que ofrezca sombra y esté bien guarecido. Lo más recomendable es que esté en interiores y de preferencia, en un kennel o transportadora, sobre todo si debe moverse lo menos posible.
Camita adecuada.
Verifica con tu veterinario cuál es la mejor posición para tu animalito, si acostado de lado o sobre su vientre. No le pongas una cama demasiado alta o blanda, porque le dificultará el acomodarse o incluso bajarse de ella, causándole incomodidad y dolor. Opta por un colchón firme, bajo y con funda lavable, en caso de “accidentes”.
¿Costuras recientes?
Considera un collar isabelino, o las nuevas tecnologías textiles de protección como las que ofrece CopperVet. Muchos perros y gatos tienden por instinto a lamerse el área de sutura, incluso se rascan y rasgan los puntos, infectando la herida y requiriendo nueva sutura. Si notas que el tuyo comienza a hacerlo, cómprale un collar isabelino (sí, el famoso “cono de la vergüenza” de la cinta “Up, una aventura de altura”), pero no te apures, porque ahora hay varios modelos muy cómodos: desde conos suaves hasta collares en forma de dona.
Sigue las instrucciones de tu veterinario.
Dale sus medicamentos (de ser el caso) a sus horas, sobre todo si son antibióticos. Y si se trata de curaciones, ten siempre cerca el botiquín con las cosas, como vendajes, tijeras, algodón, agua oxigenada, etc. ¡Nunca le pongas sustancias de uso humano ni lo mediques por cuenta propia porque podrías intoxicarlo!
Limpieza (de tu mascota y de su entorno).
Mantén su vendaje limpio y seco, cámbialo cada vez que sea necesario. Al igual que en el entrenamiento de esfínteres de cachorros, llévalo a que haga sus necesidades varias veces al día o al menos después de comer. Aprovecha esos minutos para limpiar su camita y el lugar donde está, desinfectando bien pero sin usar en exceso cloro u otra sustancia que le moleste.
¡Atención ante cambios!
Siempre consulta a tu veterinario si la herida presenta irritación, está caliente, sangra, supura o cambia de color. Incluso si tu mascota deja de comer, lo notas más débil, con las encías pálidas o azulosas, si tiene diarrea, sus heces son oscuras, etc.
A tomar en cuenta
Además de lo anterior, es importante que ya en casa lo dejes salir a un espacio seguro (donde no sea molestado o jueguen bruscamente con él) para que pueda caminar, ya que necesitará hacer ejercicio tanto para que su función intestinal se normalice como para que sus músculos vuelvan a estar en forma. Eso sí, solo unos minutos y sin fatigarlo. En poco tiempo volverá a ser el de antes, todo esto quedará como una anécdota más y serán tan felices como siempre.
Deja una respuesta